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‘Matando cabos’, ¿una cinta infravalorada?

‘Matando cabos’, ¿una cinta infravalorada?

Matando cabos (2004)

Es el momento de comentar el filme Matando cabos, debut de Alejandro Lozano como director. Escogí esta película porque a mi parecer está infravalorada y a continuación me esforzaré por demostrar que es una total injusticia.

Está cinta del año 2004 rompió estereotipos para su época, dejándonos una comedia negra de alta calidad con gran elocuencia narrativa. La película es guiada a través de dos historias que paralelamente avanzan al mismo tiempo, por un lado tenemos a Jacke (Tony Dalton) y al Mudo (Kristoff Raczynski) que están enredados en un problema con su jefe, Óscar Cabos (Pedro Armendáriz Jr.).

Al ya mencionado jefe lo tienen inconsciente y en ropa interior en un cubículo de los baños de su trabajo, lo cual de por sí ya es bastante extraño; en esa escena plantean rápidamente el por qué inicio el problema y cómo llegó a quedar en en esa situación, pasando por sucesos extraños y cómicos, y eso solamente en los primeros cinco minutos. Al mismo tiempo tenemos en el estacionamiento del edificio a los antagonistas, Botcha (Raúl Méndez) y Nico (Gustavo Sánchez), que están por secuestrar al empresario Óscar Cabos pero por un destino azaroso acaban secuestrando a otra persona -si se dan la oportunidad de ver está tremenda comedia no creerán quién es-, y así es como se plantean la historia que precisa su nombre haciendo gala de ese juego de palabras ‘atando cabos’.

Ahora bien, ya planteada la trama, me centraré en resaltar los aspectos técnicos y argumentales de la película y así no dar spoilers. Empecemos por la banda sonora que va desde Los Angeles Azules hasta Lost Acapulco, Las Ultrasónicas, Fobia, y canciones tan cábulas como La Reina de Polanco, encajando cada melodía en esa situación precisa donde tienen que ambientar y conjugarse, como en esa escena épica que va desde un trip setentero de un collage de pedazos de películas de lucha libre hasta el flechazo de cupido en una fiesta hawaiana entre una dama de alta sociedad y un guardaespaldas con dientes puntiagudos de no menos de 1.60 m de altura. La cinta está llena de este tipo de conjugaciones pero con lo citado es suficiente.

Por otra parte, la narrativa siempre va de la mano entre comedia y desarrollo de los personajes, puesto que las dos historias centrales plantean y desenvuelven de una manera completa y simple tanto a protagonistas como antagonistas.

En narrativa visual la cinta se ayuda mucho de pequeños cortometrajes que le dan profundidad a cada uno de los personajes centrales y a pesar de que se abusa un poco del recurso no se siente en la película porque el director, siendo muy preciso en eso, lo hace ver como parte de la película. Fotografía y tomas de cámara igualmente se usan de manera creativa, realizando encuadres a destiempo en varias escenas, sin  embargo lo hacen con ese estilo para darle forma a la historia.

Otra cereza al pastel es el casting que trabajó en la cinta, empezando por los ya mencionados Tony Dalton y Kristoff, Ana Claudia Talancón como la hija de Óscar Cabos (Pedro Armendáriz Jr.), el buen Mascarita que es interpretado por Joaquín Cosio, y su inseparable amigo y guardaespaldas Tony El Caníbal (Silverio Palacios), entre muchos otros actores que se desarrollaron de manera excelente.

Por último los efectos especiales, que si bien no son lo más destacable, cabe mencionar que sí fueron espectaculares para su época, ¿por que?, pues en ninguna cinta mexicana hasta ese entonces se habían realizado ese tipo de escenas al estilo Hollywood.

Tony Dalton y Kristoff, en conjunto con el director Alejandro Lozano, fueron los creadores del guión, y para ser sinceros, qué bien les quedó; de igual forma cabe mencionar que Dalton se llevó a su equipo de efectos especiales unos años después a Argentina para rodar la película Sultanes del Sur (2007) donde se ve que trabajando duro se va puliendo el talento, dejando en ese trabajo escenas de acción bastante buenas que no le piden nada a las producciones gabachas. Por su parte, Kristoff dirigió en 2019 una película llamada Loco fin de semana, una producción modesta pero que da cátedra a la nueva corriente de cine mexicano, de esa comedia genérica, que sin tanto dinero se puede hacer cine de calidad, la película no será la mejor pero sí fue una entrega digna y muy bien realizada.

Finalmente, el director Alejandro Lozano, que ha seguido su trabajo en el género, amenaza con darnos la entrega de Matando Cabos 2, La Máscara del Máscara para 2021, así que esperemos esta entrega llegué a nuestros cines para disfrutar una vez más de este tipo de filmes que tanto le hace falta al país, buenas películas, no genéricas, con historias originales y calidad en producción. Por mi parte se las recomiendo, esperando la disfruten tanto como yo.

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